Partes de una mochila de senderismo: funciones y consideraciones

Salir a la montaña a entrar en contacto con la naturaleza se ha convertido en una de las aficiones favoritas de muchas personas, en especial de aquellas que viven en grandes ciudades y con un ritmo de vida estresante. Pero la montaña es un entorno al que debemos tener mucho respeto y un escenario en el que no se pueden cometer errores. El material que elijamos para realizar nuestras actividades al aire libre es clave para disfrutar de la aventura. Por eso en el artículo de hoy nos centraremos en las mochilas de senderismo, en concreto en su construcción y características.

Espaldera. El respaldo de nuestra mochila debe tener unas características muy definidas. Lo prioritario, es obvio, es que sea cómodo, y para ello debe tener el suficiente acolchado formado por espumas de diferentes densidades que logren esa sensación esponjosa. Tan importante como el acolchado es su suavidad. Si bien es cierto que, por su función, la mochila debe ser resistente y presentar cierta rigidez, los materiales utilizados deben aportarnos comodidad en todo momento, tanto al principio como con el paso de las horas. La ergonomía es otro punto clave en el respaldo de la mochila. Podemos definir este concepto como «la capacidad de adaptación del producto a nuestra anatomía», es decir, coloquialmente, que nos quede bien puesta. Por último, debemos asegurarnos de que los tejidos utilizados en la espaldera son transpirables. Evacuar el sudor producido en la zona es fundamental, no solo por comodidad, sino para evitar quedarnos fríos en según qué climas. Fíjate en el tipo de malla que incorpora la mochila o en la cámara de aire por la que optan algunos fabricantes.

Tirantes. Sin duda, otro punto estratégico de nuestra mochila de senderismo. El lugar en el que va a recaer gran parte del peso que carguemos en la espalda. Es importante que los tirantes sean suficientemente anchos para que no se nos «claven». Además, tener algún tipo de acolchado que nos garantice la comodidad en todo momento y a la vez nos permita una libertad de movimientos total. Así mismo, como decíamos con la espaldera, los tejidos utilizados deben ser resistentes (que no se desgasten con el roce tras usarla cuatro veces) y a la vez transpirables para facilitar la evaporación del sudor.

Cinturón lumbar. Un elemento clave en lo que se refiere a la estabilidad de la mochila y la buena organización de la carga. Debe rodear nuestro tronco y quedar bien ceñido al cuerpo. Su misión es la de evitar balanceos de la mochila mientras caminamos y, por tanto, sufrir lesiones o molestias en la espalda. Es importante que llevemos el cinturón ajustado pero sin apretar y, sobre todo a la altura adecuada. La anchura del cinturón dependerá de lo voluminosa que sea la mochila, así como un posible acolchamiento. Aquí también entran los gustos y sensibilidades de cada usuario. Por último, un detalle positivo es que el cinturón pueda guardar un pequeño bolsillo horizontal para colocar objetos pequeños y de uso frecuente con el móvil o la cartera.

Cinturón pectoral. Su función es la de mejorar el ajuste de la mochila al cuerpo con una o varias cinchas a la altura del pecho. Si no existiese, la carga tiraría hacia atrás y la sobrecarga de nuestra espalda no tardaría en aparecer. Por eso es clave su función. Suele ser algo más delgada que el cinturón lumbar y la mayoría de fabricantes apuestan por las clásicas correas de nylon resistente que incorporan un clip de liberación rápida.

Bolsillos. Hay tres tipos de bolsillos: los traseros, incluyendo el compartimento principal que acoge la mayoría del litraje de la mochila, los laterales, a la altura del cinturón lumbar, y los delanteros, que pueden estar en los tirantes e incluso en el propio cinturón lumbar. En este aspecto, cada marca y modelo apuestan por una distribución diferente, pero ante todo debes fijarte en que los bolsillos permitan repartir la carga de manera equitativa. En otros artículos del blog ya te hablamos sobre cómo organizar tu carga para lograr ir equilibrado y evitar problemas lumbares. Fíjate en el tipo de bolsillo y sus cierres: si son de rejilla elástica, con cremallera, velcro, abiertos, con cuerdecillas, etc. Es importante que al menos haya un bolsillo impermeable en la mochila para guardar objetos de valor como el móvil, la cartera o documentos.

Sistemas de hidratación. Por último, hablaremos de los sistemas de hidratación. Básicamente son dos, el clásico depósito que se incorpora en un bolsillo vertical de cremallera en la zona de la espaldera, lo cual nos permite mediante un tubo beber con comodidad en cualquier momento, o los bidones de hidratación tradicionales que normalmente viajan en los bolsillos laterales o traseros (aunque algunas marcas en los últimos años los están incorporando en la parte delantera).

Deja un comentario

Artículo añadido al carrito.
0 artículos - 0,00