Una historia de pasión y dedicación a la caza con rehala
En el mundo de la caza, la figura del rehalero ha sido tradicionalmente masculina. Sin embargo, hay mujeres que están rompiendo barreras y demostrando que la pasión por la rehala y la caza mayor no entiende de géneros. Tamara es una de ellas.
Desde pequeña, creció rodeada de perros de caza y vivió la montería desde dentro. Su historia es un reflejo de esfuerzo, pasión y dedicación en un entorno que, aunque ha evolucionado, sigue sorprendiendo al ver a una mujer liderando una rehala.
En esta entrevista, conducida por Virginia Caballero en el podcast Tras la Huella, Tamara nos cuenta cómo empezó en la caza, cómo vive su día a día con la rehala y los desafíos a los que se enfrenta como mujer en este mundo.
Para aquellos que quieran conocer su historia de primera mano, la entrevista completa está disponible en YouTube y Spotify.
Los primeros pasos en la caza y la rehala
Tamara no empezó cazando, sino acompañando a su padre como morralera. Sus primeras experiencias en el campo fueron de la mano de su familia, escuchando las historias de caza de su hermano y viendo cómo su padre volvía a casa con jabalíes o conejos tras una jornada en el monte.
Con el tiempo, la curiosidad se transformó en pasión. Primero acudía por simple compañía, pero pronto quiso formar parte activa de la montería. A los diez años ya salía al campo con su padre, y a los quince, la caza se había convertido en parte de su vida.
La pasión por la caza mayor y la rehala
A diferencia de muchos cazadores que optan por la caza menor o el rececho, Tamara encontró su sitio en la rehala. Para ella, el trabajo con los perros es lo que hace que la montería sea una experiencia única. En la entrevista, explica que una de las decisiones clave en cada jornada es el tipo de finca en la que se caza.
Las fincas cerradas permiten un mayor control sobre la caza y garantizan que los perros puedan hacer su trabajo con más seguridad. En cambio, las fincas abiertas suponen un reto mayor para los cazadores y exigen un esfuerzo extra para los rehaleros y sus perros.
Para Tamara, la elección es clara. Su objetivo es ver a sus perros trabajar, seguir el rastro de la caza y disfrutar de la experiencia de la montería en su máxima expresión.
La rehala, un mundo tradicionalmente masculino
En la caza con rehala, las mujeres han sido menos visibles históricamente, pero cada vez es más habitual verlas participando activamente. Tamara no le da especial importancia al hecho de ser mujer, ya que siempre ha vivido la caza con naturalidad, sin sentirse diferente por ello.
En la entrevista, recuerda que en sus primeras monterías algunas personas se sorprendían al verla llegar sola con su rehala. “Mucha gente me decía: ‘Ah, que no viene tu hermano, que vienes tú sola’”, comenta. Sin embargo, nunca ha sentido barreras reales para cazar y siempre ha contado con el apoyo de su familia y compañeros de caza.
Para ella, lo importante en el monte es la experiencia y el conocimiento, independientemente de que seas hombre o mujer. “Si mi hermano puede ir solo al monte y nadie le dice nada, ¿por qué a mí sí me lo cuestionan?”, se pregunta, dejando claro que lo único que realmente importa es saber lo que haces y disfrutar de la caza.
La vida de una rehalera: esfuerzo, dedicación y sacrificio
Ser rehalera no es solo cazar. Detrás de cada jornada hay un año entero de preparación, cuidado de los perros y una inversión económica constante. En la entrevista, Tamara detalla cómo organiza su día a día para mantener a su rehala en las mejores condiciones.
El gasto en alimentación es uno de los factores más importantes. En plena temporada, sus perros pueden llegar a consumir hasta tres sacos de pienso al día. A esto hay que sumarle el coste del transporte, los alojamientos cuando cazan fuera y los cuidados veterinarios.
La logística también es clave. Cuando las monterías son lejos de casa, hay que buscar alojamientos adecuados para los perros. A veces recurren a amigos que les prestan un espacio; otras, es necesario negociar con hostales para encontrar un lugar seguro donde los animales puedan descansar.
Todo esto supone un sacrificio enorme, pero Tamara lo tiene claro: el esfuerzo merece la pena cuando está en el campo con sus perros, viendo cómo trabajan y sintiendo la conexión con la naturaleza.
El futuro de la caza y la rehala en España
En los últimos años, la caza en España ha enfrentado cambios legislativos y nuevas normativas que han generado incertidumbre entre los rehaleros. Tamara reconoce que el futuro de la rehala no es sencillo.
La normativa es cada vez más compleja y varía según la comunidad autónoma, lo que dificulta la labor de quienes se dedican a la caza con perros. Además, la nueva ley de bienestar animal podría afectar al sector en el futuro.
A pesar de las dificultades, Tamara cree que hay futuro para la caza. Las redes sociales han ayudado a dar visibilidad a los jóvenes cazadores y a las mujeres en la caza, facilitando el relevo generacional. “Si no hay relevo, la caza se acabará sola, por mucho que los animalistas lo deseen”, afirma.
Una historia de pasión y perseverancia
Tamara es el ejemplo de que la caza con rehala no es solo una tradición, sino un estilo de vida que requiere esfuerzo y pasión. Su historia demuestra que con determinación y amor por la caza, las mujeres tienen un papel fundamental en el futuro del sector cinegético.
Para quienes quieran escuchar la entrevista completa y conocer más sobre su historia, pueden hacerlo en los siguientes enlaces:
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